Qué mejor cosa que hacer a la mañana siguiente que volver al lugar del contacto paranormal. Allí fuimos, con las cámaras, a ver como estaba, si había alguna señal de algo, algunas de las figuras que tenemos en la cabeza, esos dibujos geométricos en los campos sembrados de EEUU. No, nada parecido a eso.
Lo que sí vimos y nos convenció de que algo extraño ocurría en las noches junto al embalse fue que un helicóptero del ejército no dejaba de dar vueltas alrededor, sobre el embalse, sin aterrizar. Un vuelo de reconocimiento, como si ellos estuvieran haciendo exactamente lo mismo que nosotros, buscando indicios.


Después de un fin de semana tan especialmente estresante, un poquito de descanso no nos vino nada mal. Eso sí, una próxima visita está prevista, se lo haremos saber a todo el mundo la fecha, para que , si es posible, quedar todos y compartir esos momentos, que al menos a mí, tanto me han hecho reflexionar y meditar y de alguna manera cierta paz han llegado a instaurar en mi.