miércoles, 1 de octubre de 2008

Pensando en Guadalix


Se presenta en lo espectacular y costoso de su trama escenográfica, como una construcción alucinatoria de lo real. No se trata de la verificación de unos dibujos de ensoñaciones prematuras, sino del adorno con agudeza aplicada a la imagicación surrealista, el cumplimiento a escala territorial del delirio, en esta ocasión, con la ayuda de las técnicas de la comunicación y edición que introducen efectos virtuales paranoicos.

Ahora, una aceptación más como espectáculo mediático que como referencia rural o vernácula, entorno social tradicional convertida por las posturas más radicales del realismo social-capitalista.
Pero el paso del tiempo no perdona y como le ocurre al arte en general, está acosado e invadido por el proceso de colonización general de los media electrónicos, de los mass-media, del efecto "fan"; que producen con sus poderes inmateriales las viejas técnicas del proceso colonizador: destrucción del símbolo, imposición del signo y construcción de una nueva identidad.

Encadenados a vivir en esta lógica de la colonización y sobre todo a su teología sublime, la publicidad y el continuo bombardeo informativo. La mediación de la publicidad representa un nuevo instrumento industrial-social que arrebata en parte, el poder de la auntenticidad social, de la propia libertad vital, implantando una nueva identidad sutilmente manipulada o bárbaramente transformada.


1 comentario:

Anónimo dijo...
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